Lo único inevitable es el cambio. El primer paso para la transformación digital es aceptar que los negocios, mercados, escenarios y contextos cambiaron. El segundo es aceptarlo lo antes posible para poder crear ventaja sobre la competencia. ¿Es todo un desafío no? Porque básicamente tenemos que enfrentarnos y cambiar el monstruo que creamos.
La transformación digital es más que pasar simplemente procesos analógicos a digitales, desarrollar apps o poseer servicios en la nube. Es un proceso que impacta en la tecnología de las organizaciones, sus integrantes, metodologías y espacios de trabajo. Uno no está transformando su negocio sólo por incorporar practicas digitales. Por ejemplo: pasar de llamar por teléfono a enviar whatsapp.
La transformación digital se trata de dirigir una empresa, organización o institución y adaptarse a sus propios cambios. Adoptar una nueva mentalidad y forma de trabajo. Ser flexibles y permeables al futuro. El cambio trae incertidumbre, riesgo, esfuerzo y estrés. Pero es como una montaña, después de la subida… viene la bajada. Más trepamos, más descendemos. Hay que pensar siempre en el concepto de la flecha: «sólo puede ser lanzada si la tiramos para atrás». A veces hay que retroceder algunos casilleros para poder avanzar.
La palabra «transformar» significa que algo ya no es lo que era antes. Es un proceso muy bueno pero duele y lleva tiempo. Sino… preguntémosle al gusano que se transforma en mariposa.
La adquisición de nueva tecnología no es el problema; el verdadero desafío está en cambiar las actitudes frente al cambio. El concepto se basa tanto en las relaciones humanas de equipos de trabajo como en la incorporación de soluciones en el mundo digital a fin de alcanzar los objetivos propuestos por las empresas.
Las nuevas generaciones, particularmente la generación Y ven a la competencia como una posibilidad de progreso en vez de verla como una amenaza. Para estas generaciones la tecnología sólo sirve para simplificar y potenciar los procesos y aportar valor a sus experiencias.
La idea es aprovechar la tecnología para producir nuevas fuentes de ingreso, desarrollar otros canales y medios, reducir los costos, maximizar los procesos operativos y mejorar la experiencia de usuario con la marca.
Lo digital es un gran democratizador del poder. No solo las grandes marcas pueden atraer, retener o agregar valor a sus clientes, sino que también las pymes, emprendimientos y microemprendimientos pueden tener iguales o mejores resultados que las grandes.
Como consecuencia de lo digital surge el concepto de diseño UX (escenarios, arquitectura de la información, interacción y flujo de comportamientos). Es crucial desarrollar soluciones a medida y ajustadas a las necesidades de los usuarios. El cliente ya no evalúa la calidad del producto sino que valora la experiencia 360. compra, atención, envío, post venta, soporte, sensaciones, etc.
En un negocio digital los datos de los usuarios cobran una relevancia aún mayor volviendose el verdadero foco del recurso económico. Las empresas que adoptaron la transformación digital como cultura de trabajo, brindaron seguramente a sus equipos la posibilidad de acceder a mejores datos de usuarios, con herramienta calificadas para su procesamiento, con información sumamente relevante e hipersegmentada.
Algunos modelos exitosos de negocios digitales, donde los datos lo son todo,podrían ser: Experiencia: Mercadolibre | Suscripción Netflix | Gratuito: Facebook | Fremium: Spotify | Ondemand: Airbnb.
El este tipo de modelos, el cliente generalmente se siente empoderado a través de la marca. Más aún en los gratuitos. Cuando el producto es gratis… el producto sos vos. Una empresa es tan exitosa como lo que sabe de sus clientes.